Potenciando tu salud con terapia de células madre de vanguardia

Las células madre del cordón umbilical ofrecen un enfoque prometedor para el manejo de enfermedades autoinmunes debido a sus propiedades inmunomoduladoras y mecanismos de acción tales como:

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  Modulación inmunitaria:

  Regular las respuestas inmunitarias hiperactivas para restablecer el equilibrio del sistema inmunitario, preservando al mismo tiempo la función inmunitaria normal.

• 2

  Efectos anti-inflamatorios:

  Suprimir la inflamación crónica que contribuye al daño tisular y a la exacerbación de la enfermedad.

• 3

  Reparación y regeneración de tejidos:

  Estimula la reparación de los tejidos dañados mediante la liberación de factores de crecimiento y la mejora de las vías de reparación celular.

• 4

  Señalización paracrina:

  Facilitar la comunicación intercelular para apoyar el proceso de curación y mantener la integridad del tejido.

Las células madre mesenquimales derivadas del cordón umbilical han demostrado efectos terapéuticos en enfermedades degenerativas crónicas debido a su capacidad para modular las respuestas inmunitarias y promover la reparación de los tejidos. Aquí les presentamos algunos de sus caminos hacia la sanación:

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  Regeneración:

  Estas células madre pueden diferenciarse en varios tipos de células, como células óseas, cartilaginosas, musculares y nerviosas, ofreciendo el potencial de reemplazar tejidos dañados.

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  Efectos antiinflamatorios:

  Liberan moléculas bioactivas que reducen la inflamación, un factor común en las enfermedades degenerativas.

• 3

  Inmunomodulación:

  Las células madre del cordón umbilical ayudan a regular el sistema inmunológico, impidiendo que ataque los tejidos sanos y creando un entorno favorable para la curación.

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  Localizado:

  Estas células tienen la capacidad de recuperar su función migrando a las zonas lesionadas o enfermas del cuerpo, potenciando así la reparación localizada.

En general, los efectos terapéuticos se atribuyen a su capacidad para modular las respuestas inmunitarias, reducir la inflamación y promover la reparación y regeneración de los tejidos. Estas propiedades las convierten en una herramienta prometedora en medicina regenerativa para afecciones como la osteoartritis, las hernias y protrusiones discales, la artritis, la degeneración discal, las distrofias musculares y otros trastornos musculoesqueléticos. Mecanismo de acción:

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  Regeneración de tejidos dañados:

  Las células madre se diferencian en células especializadas, como condrocitos (células del cartílago), osteoblastos (células óseas) o tenocitos (células del tendón), que contribuyen a la regeneración de los tejidos.

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  Efectos antiinflamatorios:

  Las células madre reducen la inflamación en los tejidos afectados, que es un factor importante que contribuye al dolor y a la mayor degeneración en las enfermedades musculoesqueléticas y discales. Lo hacen modulando la respuesta inmunitaria mediante la secreción de citocinas antiinflamatorias y la inhibición de las citocinas proinflamatorias, reduciendo así la inflamación y la hinchazón.

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  Inmunomodulación:

  Las MSC interactúan con células inmunitarias, incluidas las células T, las células B y los macrófagos, para cambiar la respuesta de un estado proinflamatorio (macrófagos M1) a un estado antiinflamatorio (macrófagos M2). Esto reduce las respuestas autoinmunes y la inflamación crónica.

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  Reducción del dolor:

  Al reducir la inflamación, reparar los tejidos dañados y estabilizar las articulaciones o los discos, las MSC reducen indirectamente el dolor mecánico e inflamatorio. Algunos estudios sugieren que las MSC también pueden influir en las vías del dolor modulando la actividad de los nervios sensoriales.

Incluso si no padeces una afección crónica o debilitante y solo buscas rejuvenecer tu cuerpo, renovar tu energía y mejorar tu calidad de vida, las células madre del cordón umbilical son una opción interesante, ya que ofrecen una vía transformadora hacia la vitalidad y el bienestar.

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  Envejecimiento de la piel:

  Se ha demostrado que las células madre mejoran el envejecimiento de la piel al promover la regeneración dérmica y reducir el estrés oxidativo. Puede mejorar la textura de la piel, aumentar el grosor dérmico y estimular la producción de colágeno.

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  Efectos sistémicos antienvejecimiento:

  Se ha demostrado que las células madre tienen el potencial de rejuvenecer nuestras propias células madre mesenquimales envejecidas y ralentizar la degeneración relacionada con la edad. Tienen la capacidad de transferir señales antienvejecimiento, potenciar las capacidades regenerativas de las células receptoras, mejorar la formación ósea, la cicatrización de heridas y la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos). Además, se ha informado que mejoran la función cognitiva al potenciar la plasticidad sináptica y la neurogénesis, potencialmente a través de la activación de vías de señalización específicas.

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  Modulación inmunitaria:

  Se ha demostrado que las células madre atenúan las disfunciones inmunitarias relacionadas con la edad. Esto incluye reducir las poblaciones de células T senescentes y mejorar el equilibrio entre células T vírgenes y de memoria, lo que puede contribuir a una respuesta inmunitaria más eficiente en organismos de edad avanzada.

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  Salud del cabello:

  Las células madre mesenquimales derivadas del cordón umbilical han demostrado potencial para promover la salud del cabello, particularmente en el contexto de afecciones de pérdida de cabello como la alopecia androgenética y la alopecia areata. Los efectos terapéuticos se atribuyen principalmente a su capacidad para modular el microambiente del folículo piloso y promover su regeneración a través de diversos mecanismos. Pueden prevenir la regresión del cabello y promover su crecimiento al mejorar la proliferación de las células de la papila dérmica y los queratinocitos, que son cruciales para la salud del folículo piloso.

Se pueden utilizar para diversas afecciones cardiovasculares, entre ellas infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, fibrosis, enfermedad isquémica y miocardiopatía. Así es como funcionan:

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  Regeneración del tejido cardíaco dañado:

  Tras un ataque cardíaco u otra lesión cardíaca, las células del músculo cardíaco (cardiomiocitos) a menudo resultan dañadas o se pierden. Las células madre del cordón umbilical liberan factores de crecimiento que estimulan la reparación, la regeneración y la formación de nuevos cardiomiocitos, mejorando así la integridad estructural del corazón.

• 2

  Promoción de la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos):

  Este proceso estimula el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos, mejorando el flujo sanguíneo a las zonas del corazón con déficit de oxígeno. Una mejor circulación favorece la recuperación de los tejidos y reduce daños adicionales.

• 3

  Reducción de la inflamación y modulación inmunitaria:

  La inflamación crónica contribuye a la progresión de la enfermedad cardíaca y la insuficiencia cardíaca. Las células madre del cordón umbilical liberan citoquinas antiinflamatorias y también modulan las respuestas inmunitarias, impidiendo que el sistema inmunitario ataque el tejido cardíaco sano.

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  Mejora de la función cardíaca:

  Al reparar los tejidos, formar nuevos vasos sanguíneos y reducir la inflamación, las células madre del cordón umbilical mejoran la contractilidad y la eficiencia del corazón, aliviando los síntomas de la insuficiencia cardíaca y mejorando la calidad de vida en general.

Sus vías de actuación son muy interesantes y pueden aportar resultados beneficiosos:

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  Modulación inmunitaria:

  Lo consiguen mediante la regulación de las respuestas de las células T, reduciendo así la inflamación.

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  Restauración de la función de la barrera intestinal:

  Las células madre promueven la producción de proteínas de unión estrecha que fortalecen las conexiones entre las células intestinales. Al restaurar la barrera, reducen la inflamación sistémica causada por la translocación de bacterias y toxinas al torrente sanguíneo.

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  Microbiota intestinal:

  Las células madre ayudan a restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal, aumentando la abundancia de bacterias beneficiosas y promoviendo la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son importantes para mantener la salud intestinal y promover la cicatrización de la mucosa.

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  Efectos antiinflamatorios:

  Las células madre del cordón umbilical liberan células antiinflamatorias al tiempo que suprimen las citocinas proinflamatorias; estos efectos ayudan a calmar las zonas inflamadas y a reducir síntomas como el dolor, la diarrea y el sangrado.

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  Reparación del epitelio intestinal:

  También desempeñan un papel en la reparación del epitelio intestinal, mejorando la función de barrera y reduciendo la permeabilidad, lo cual es fundamental para prevenir una mayor inflamación y daño tisular.

• 1

  Regeneración del tejido hepático:

  Las células madre tienen la capacidad de reemplazar los hepatocitos dañados y restaurar la función hepática. Liberan factores de crecimiento que promueven la proliferación celular y la reparación de los tejidos.

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  Efectos antiinflamatorios:

  Las SC reducen la inflamación crónica, que es un sello distintivo de enfermedades hepáticas como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) y la hepatitis autoinmune, mediante la secreción de citocinas antiinflamatorias y la supresión de citocinas proinflamatorias. Esto reduce la inflamación y promueve un entorno de curación.

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  Inmunomodulación:

  Las células madre equilibran la respuesta inmunitaria en las enfermedades hepáticas autoinmunitarias e inflamatorias al reducir la actividad de las células asesinas naturales y los macrófagos que contribuyen al daño hepático. Esto ayuda en afecciones como la hepatitis autoinmune al minimizar los ataques inmunitarios sobre el tejido hepático.

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  Efectos antifibróticos:

  Las células madre tienen el poder de revertir o prevenir la fibrosis al inhibir la activación de las células estrelladas hepáticas, que son las responsables de producir tejido fibrótico. Esto reduce la rigidez del hígado y mejora su funcionalidad.

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  Promoción de la angiogénesis:

  Las células madre mejoran el flujo sanguíneo a las zonas dañadas del hígado para favorecer la curación mediante la liberación de factores proangiogénicos, que estimulan la formación de nuevos vasos sanguíneos. Una mejor vascularización ayuda a suministrar oxígeno y nutrientes a las células hepáticas en regeneración.

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  Neuroprotección:

  Las células madre previenen daños adicionales a las neuronas y favorecen la supervivencia de las células cerebrales o de la médula espinal existentes, liberando factores que protegen a las neuronas del estrés oxidativo, la muerte celular (apoptosis) y los daños causados ​​por la liberación excesiva de neurotransmisores.

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  Neurogénesis (Formación de nuevas neuronas):

  La SC estimula la regeneración de las células neuronales perdidas debido a lesiones o enfermedades, creando nuevas conexiones sinápticas y mejorando la comunicación entre las células nerviosas.

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  Efectos antiinflamatorios:

  Reducen la neuroinflamación, que es un sello distintivo de muchas enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple (EM), la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, al secretar sustancias antiinflamatorias y suprimir las proinflamatorias, lo que ayuda a reducir el daño a los tejidos neuronales.

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  Angiogénesis y reparación de la barrera hematoencefálica:

  Las células madre mejoran el flujo sanguíneo a las zonas dañadas y restauran la integridad de la barrera hematoencefálica mediante la secreción de factores proangiogénicos, estimulando la formación de nuevos vasos sanguíneos.